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Los bancos tradicionales avanzan en el panorama de BaaS

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En las dos últimas décadas, el sector de los servicios financieros ha experimentado una inmensa transformación, impulsada principalmente por los avances tecnológicos y la evolución de las preferencias de los consumidores.

¿Conflicto o “no-flicto”?

En la década de los 2010s, la aparición de nuevos bancos y bancos de inversión planteó un importante problema a los bancos tradicionales, ya que amenazaba con perturbar el entorno bancario tradicional. Los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto la resistencia y adaptabilidad de las instituciones tradicionales.

2000s: El origen de la disrupción

A principios de la década de los 2000s, la revolución de las tecnologías financieras empezó a tomar forma a medida que empresarios e innovadores reconocían el potencial sin explotar de la reimaginación de los servicios bancarios tradicionales. Los challenger banks surgieron como una fuerza disruptiva, ofreciendo servicios bancarios casi exclusivamente a través de plataformas digitales. Ejemplos como Ally Bank en Estados Unidos e ING en Europa fueron pioneros en el concepto de experiencias bancarias centradas en el cliente y orientadas al móvil. Al ofrecer interfaces fáciles de usar, comisiones por transacción bajas o nulas y tipos de interés más elevados, los challenger banks atrajeron a clientes contemporáneos y amantes de la tecnología.

2010s: El auge de los neobancos

La década de los 2010s fue testigo del auge de los neobancos impulsados por BaaS, en los que las entidades no necesitaban tener una licencia bancaria porque se asociaban con bancos tradicionales para prestar servicios básicos. Empresas como Revolut, Monzo y N26 ganaron protagonismo con sus elegantes aplicaciones móviles, información sobre gastos en tiempo real y funciones innovadoras, como monederos multidivisa y herramientas de presupuestación. Estas startups ágiles y centradas en el cliente agitaron los cimientos de la banca tradicional y ganaron millones de clientes en todo el mundo. Su capacidad para ofrecer servicios personalizados, incorporación rápida y transparencia resonó entre los clientes que buscaban experiencias bancarias modernas y sin complicaciones.

2020s: Retos y lecciones aprendidas

Con la llegada de la década de los 2020s, surgieron nuevos retos. El rápido crecimiento de los disruptores fintech trajo consigo el escrutinio normativo, la preocupación por la rentabilidad y la necesidad de navegar por ecosistemas financieros complejos. Algunas entidades se enfrentaron a problemas operativos y contratiempos de relaciones públicas, mientras que otras lucharon por lograr flujos de ingresos sostenibles. Otras se enfrentaron a limitaciones técnicas, mientras que otras tuvieron que lidiar con problemas de cumplimiento y fraude. Silicon Valley Bank, por ejemplo, conocido por prestar servicios a startups y empresas tecnológicas, lidió durante un tiempo con dificultades operativas y malas decisiones de inversión, y finalmente fue vendido a First Citizens. Con estos retos para los nuevos conceptos bancarios, aunque se demostró que el concepto de BaaS no era tan inmaculado como muchos suponían, la gran mayoría de los expertos del mercado se dieron cuenta de que se trataba de un simple periodo de transición en el que BaaS estaba cambiando su enfoque hacia su verdadera misión: capacitar a las marcas para lanzar servicios financieros.

Democratización

BaaS es y seguirá siendo una parte fundamental del panorama porque permite a las empresas, en particular a las startups fintech, acceder e integrar servicios financieros fácilmente. Elimina la necesidad de que las empresas creen servicios desde cero, reduciendo el tiempo y los costes de desarrollo. BaaS fomenta la innovación, lo que permite a las empresas centrarse en sus ofertas básicas, al tiempo que proporciona una gama más amplia de productos financieros a los clientes. Esta accesibilidad democratiza las finanzas, fomentando la competencia y, en última instancia, mejorando los servicios financieros tanto para los consumidores como para las empresas.

No lo llames un regreso

Ante los retos a los que se enfrentan los nuevos bancos y los aspirantes, los bancos tradicionales han demostrado su capacidad de adaptación y resistencia, sobre todo gracias a su tamaño y a su relativa fiabilidad. Aprovecharon sus amplias bases de clientes, su experiencia en el cumplimiento de la normativa y sus extensas redes de sucursales para mantener una ventaja competitiva. Además, los bancos tradicionales empezaron a reconocer la necesidad de adaptarse a las expectativas cambiantes de los clientes y a la transformación digital.

La confianza del cliente

La presencia secular de los bancos tradicionales en el sector financiero había generado confianza entre consumidores y empresas. En tiempos de incertidumbre económica o crisis, la gente tiende a buscar estabilidad. Además, la adhesión de los bancos tradicionales a estrictos marcos normativos y a sólidas medidas de seguridad ofrece una sensación de fiabilidad y una aparente protección de los activos financieros.

El giro

Uno de los puntos de inflexión significativos para algunos bancos tradicionales ha sido su simple reconocimiento del potencial que ofrece BaaS, literalmente un caso de “si no puedes vencerlos, únete a ellos”. Muchos bancos tradicionales han adoptado BaaS para diversificar sus fuentes de ingresos, colaborando con fintechs con una visión clara del futuro para ofrecer una gama más amplia de servicios a sus clientes. Al adoptar ofertas similares a BaaS, los bancos tradicionales están compitiendo eficazmente con los neobancos y los aspirantes en el frente digital.

  • JPMorgan Chase ha lanzado su plataforma BaaS, “Chase for Business”, que ofrece a las empresas servicios bancarios y financieros integrados, incluidos los pagos, la facturación y el procesamiento de transacciones. Esta iniciativa permite al banco ampliar su alcance más allá de los servicios bancarios tradicionales y atraer a startups y pequeñas empresas que buscan soluciones financieras integradas.
  • Bank of America ha colaborado con la empresa fintech NovoPayment para ofrecer capacidades BaaS a sus clientes en América Latina. La asociación permite a BofA ampliar su presencia en la región y atender las necesidades de pagos transfronterizas de sus clientes de forma más eficiente.
  • BBVA ha lanzado su Open Platform, una nueva solución digital que da acceso a desarrolladores externos a las capacidades del banco a través de APIs, permitiendo así a BBVA entrar en el ecosistema fintech. De este modo, los desarrolladores pueden crear aplicaciones financieras innovadoras utilizando la infraestructura de BBVA.

Conseguir el equilibrio correcto

La evolución de BaaS y su efecto sobre los bancos tradicionales ha creado un ecosistema financiero dinámico y competitivo. Los bancos tradicionales han demostrado su resistencia, adaptabilidad y ventajas estratégicas en tamaño y fiabilidad. Al adoptar ofertas similares a BaaS, los bancos tradicionales han encontrado nuevas vías de crecimiento y relevancia en la era digital.

Hay espacio para todos. Una de las misiones de Toqio es democratizar la creación y el suministro de soluciones de banca y finanzas digitales. Nuestra plataforma es neutral, trabajamos con neobanks, challengers e incumbents por igual. Uno de nuestros mayores activos es nuestra naturaleza proteica en términos de multibanca, donde nuestros clientes pueden buscar los mejores productos de proveedores acreditados y elegir los servicios que quieren ofrecer. Tener ese nivel de libertad, elección y competencia leal no hace sino beneficiar al mercado.

De cara al futuro, es probable que la banca mantenga un equilibrio entre los disruptores fintech y los bancos tradicionales. La colaboración y las asociaciones entre los bancos tradicionales y las nuevas empresas de tecnología financiera impulsarán la innovación y ofrecerán a los clientes lo mejor de ambos mundos: las experiencias digitales de vanguardia de los nuevos bancos y los bancos emergentes, complementadas con la estabilidad y la amplitud de servicios de los bancos tradicionales.